"Las recientes elecciones
andaluzas pretenden reflejar el inicio de la disconformidad con el plantel
político actual. Precipitarse a decir que esto es el principio del fin del
bipartidismo tal vez sea un tanto aventurado. Aún son muchas las personas que han
decidido confiar nuevamente su voto a los partidos más tradicionales,
absteniéndose de las nuevas corrientes liberales como pueden ser Podemos o
Ciudadanos. No voy a negar que un importante sector de la población está
deseando que la situación cambie, aunque muy probablemente estas nuevas
apuestas no sean la mejor forma de conseguirlo.
Al final,
los partidos (no todos de la misma forma, claro está) acaban cayendo en el
juego corrupto o acaban rindiéndose a las políticas exteriores. Personalmente,
no me veo convencido ante estas nuevas formaciones, ya que su mensaje no me
resulta realmente creíble. Aún soy demasiado joven como para poder votar, pero
me temo que cuando llega el día de hacerlo, no me sentiré identificado con
ningún partido político, como me ocurre actualmente. Es una pena que no se
produzca un cambio en el sistema que consiga no dejar impunes determinados
actos tanto inmorales como ilegales que hacen que sigamos en un país lleno de
injusticias."
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