-Entrevista realizada por Enrique Castillo Aguilera, el 4 de
mayo de 2015-
¿Cuándo empezó tu interés por la fotografía, Nicolás?
¿Coincidió con la consecución de una cámara de fotos como alguna clase de
regalo o siempre sentiste inquietud por esta práctica?
Lo cierto es que tanto mi padre como mi hermana son grandes
aficionados a esta práctica desde hace un montón de años. Empecé a tomar fotos
con una compacta de mi hermana desde muy pequeño, pero no fue hasta el año 2009
cuando para mí empezó a ser imprescindible viajar con este aparato para poder
plasmar en una serie de fotos la esencia del viaje.
Unos años más tarde, tuve la suerte de ganar un concurso de
dibujo, cuyo inesperado premio fue una cámara bastante más avanzada que la que
yo tenía. En 2013, esa cámara sufriría un gran impacto y quedaría inutilizada.
Mi padre me regaló una Fujifilm que él usó durante muchos años. Esta ya no es
compacta y es con la que me defiendo actualmente. Pocas son las ocasiones en la
que echo en falta una cámara mejor.
¿Tienes alguna clase de truco para conseguir una fotografía
que realmente te satisfaga o es solo una mezcla de concentración, de saber
mirar el mundo con ojos despiertos, y de suerte?
Me gusta que me hagas esta pregunta, aunque al mismo tiempo
es algo complicado de responder. Todo el mundo que quiera obtener un resultado
medianamente decente tiene que tener unas nociones básicas de fotografía,
aunque lo más importante es conocer bien tu cámara y saber qué limitaciones
tiene. Una de las cosas que más me gusta de la fotografía es que es imposible
conseguir dos fotos iguales. Muchas son las veces que he visto a gente haciendo
cola porque había una persona que creía haber encontrado el punto perfecto para
disparar y todos le querían imitar. Incluso a mí me ha pasado, pero es algo que
no importa, porque sabes que tu resultado no va a ser ni mucho menos igual que
el suyo. No tiene por qué ser mejor; simplemente, diferente.
Por último, tengo que confesar que de las miles de
fotografías que he tomado a lo largo de los años, solo me convence y me siento
orgulloso de una mínima parte. Y es algo un tanto frustrante y un aspecto que
claramente tengo que mejorar: moderar el número de fotos que hago en cada
viaje.
¿Con qué sueles tomar tus fotografías? ¿Te seduce tomarlas
con la cámara incorporada a nuestros teléfonos inteligentes o te parece poco
menos que un sacrilegio?
La verdad es que es algo que detesto. En más de una ocasión
he pensado en pintar con rotulador permanente las cámaras de mi teléfono para
obligarme a no hacer fotos con este, aunque sin duda esto sería algo estúpido.
La incorporación de las cámaras a estos dispositivos ha
‘casualizado’ la fotografía, haciendo de esta algo muy sencillo y al alcance de
todos. Esto puede parecer algo bueno en un principio, pero modas como los
selfies o un uso poco adecuado (bajo mi punto de vista) de redes sociales
dedicadas a este arte están consiguiendo su ridiculización.
Es por ello que muy pocas son las veces que recurro al móvil
para hacer fotos y prefiero siempre hacer uso de una máquina diseñada
expresamente para ello.
¿Qué clases de cosas son las que más te gusta fotografiar?
Prácticamente cualquier paisaje o situación con una serie de
condiciones puede llegar a ser una buena fotografía. Repasando algunas fotos
antiguas me doy cuenta de que los elementos que más habitúo a fotografiar son
cielos y elementos en movimiento (de día) y luces de farolas o cualquier otro elemento
luminoso de noche. Determinados reflejos que se forman en charcos o cristales
siempre llaman mucho mi atención, además de elementos que puedo emplear como
marco de la propia foto. Por último, me gusta también mucho hacer fotos a
personas que se encuentren involucradas en un acto cotidiano o simplemente
posando ante un bonito paisaje.
¿Cuál es tu fotografía favorita? ¿Por qué?
Imposible decidir. Son muchas las que he tomado en seis
años, pero seguramente las que he subido a Instagram sean mis favoritas.
¿Cuáles son tus intereses profesionales en un futuro? ¿Te
gustaría dedicarte a la fotografía?
Creo que dedicarse enteramente a la fotografía conlleva un
riesgo tremendo, pero sin duda sería algo realmente apasionante. Sea como
fuere, no tengo intención de abandonar esta afición, por lo que la gente a la
que le gustan mis fotos podrá seguir ‘disfrutando’ de ellas.
¡Muchas gracias a todos por el apoyo!
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